Economía en tiempos de Pandemia

Sin duda, el escenario económico y empresarial del país está enfrentando un reto mayúsculo… Si eres empresario o te preocupa la situación financiera del país, esta columna de opinión te interesará.


Se estima que los estragos que dejará la pandemia de COVID-19 impactarán notablemente en la economía global a corto y largo plazo, siendo América Latina una de las regiones más afectadas en los siguientes meses. 


En el caso específico de México, y según prevé la CEPAL, nuestra nación atravesará por una caída económica estimada del 6.5% en la segunda mitad del 2020. Dicha disminución se debe principalmente al alto total en la industria manufacturera mexicana, así como en la notable disminución de extracción de petróleo y sus procesos derivados. 


Otro fuerte golpe a la economía mexicana vendrá del aumento en el desempleo, formal e informal, por el cierre de establecimientos que no podrán solventar los gastos de renta, nómina, materias primas y distribución de sus productos o servicios. Según el subgobernador del Banco de México (Banxico), Jonathan Heath, se estima que durante la pandemia la tasa de desempleo supere el 10.7%, una cifra mayor que durante otras crisis importantes (2009 y 1995). 


¿Qué hacer ante estos dos escenarios? 


A diferencia de las anteriores crisis económicas, la actual se debe a un evento natural y no a malas decisiones por parte de grandes inversionistas, empresas y gobiernos, por lo que no es descabellado pensar que la economía podrá reactivarse de manera paulatina, pero a paso firme en los meses siguientes.


Es importante implementar nuevas estrategias para responder a escenarios futuros que puedan relacionarse a un paro total de procesos por diversas situaciones, poniendo como eje central la preservación del factor humano en cada organización. Mucho se ha hablado del término “nueva normalidad”, pero hay que entender que no aplica únicamente para las medidas de higiene y salud, también debe considerarse para los modelos de negocio que las grandes y medianas empresas usan en la dirección y establecimiento de objetivos. Si bien tenemos como referentes los casos de éxito del siglo pasado, los tiempos han cambiado, y hay que darle paso a la innovación en procesos manufactureros, así como en disponibilidad para trabajar más desde casa si se es posible, o en el aprovechamiento de energías más limpias, recursos renovables y materias primas de rápida degradación para el cuidado del medio ambiente. 


Reactivar la economía no va de la mano con caer en los mismos errores, no significa exclusivamente llegar a donde estábamos, también es dar un giro en la misión y visión de las empresas para no tropezar más veces con la misma piedra. 


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